Tiempo para ti es un Mandamiento
- Ileanna Simancas
- Sep 5, 2017
- 6 min read

Cuando las cosas no van como queremos, ó no nos sentimos bien con nosotras mismas, es necesario detenernos y hacer un pequeño análisis de lo que estamos pensando, sintiendo ó incluso, necesitando. Pero bueno, todo esto del autoanálisis, autocrítica y todo lo que requiera mirar hacia nuestro interior es una tarea que puede resultar un poco complicada; Y no porque al principio se requiera de mucho conocimiento en psicología -que ciertamente podría ayudar- más bien, porque por el solo hecho de decidir dedicarnos un rato a nosotras mismas, es justo ahí donde empieza la complicación.
VACÍA LA AGENDA
Siempre va a surgir la mas mínima distracción, o como le llamo yo: “evasión de la responsabilidad conmigo” para poder tomarnos ese tiempo tan necesario. El lunes no, porque tuve mil cosas que resolver; el martes tampoco porque entre yoga y Netflix no me di el tiempo; el miércoles no porque es el cafecito con las primas; el jueves menos porque es ladies night; el viernes ¡uf! que necesito recuperarme del jueves; el sábado…no, que es día de shopping y rumba y el domingo hay que descansar y recargar las pilas para iniciar la semana… y bueno es verdad, “te dedicaste tiempo” para hacer tus cosas, pero… ¿de verdad crees que fue productivo para lo que estamos buscando?
AVERIGUA QUE REALMENTE QUIERES
Dedicarse “tiempo de calidad” es fundamental. Hacer cosas que nos alimenten el alma y el espíritu, pero sobre todo que nos acerquen poco a poco a la felicidad y a la conexión con la certeza que va mucho más allá de tener una vida social activa y la agenda llena, de hecho, las agendas tan llenas son el primer síntoma de gran evasión! Saber lo que nos hace feliz requiere de un “estudio de mercado” interno; es decir, conocer cuáles son nuestras necesidades, y lo que realmente queremos, y encontrar la estrategia para satisfacerlas. Pero vamos, que no estoy hablando de necesidades superficiales como: necesito ese bolso, necesito un drink, necesito esos zapatos, ¡nada de eso! Me refiero a las necesidades necesarias, las intensas, las que pueden cambiar el rumbo de tu vida, como amar y ser amado, estar en paz, la autorrealización, entre otras cosas; esas necesidades que pueden ser capaces de llenar el vacío existencial que todas en algún momento hemos sentido, porque quien diga que nunca lo ha sentido se está autoengañando.
No te puedo decir cómo y cuándo hacer este “estudio de mercado”, eso lo tienes que buscar tú cuando sea el momento, tú momento. Cuando estés lista para encontrarte o reencontrarte si es que te has desviado un poco del camino; cuando sientas en tu interior la necesidad de darte por fin el apapacho que mereces y cuando aceptes que es momento de hacerte cargo de ti misma.

ASEGÚRATE DE ESTAR LISTA
Lo que sí te puedo decir es que, como en todo, encontrar la determinación para empezar es lo difícil, y debes estar lista porque la búsqueda llega con cambios y respuestas, que debes estar dispuesta a enfrentar. Tu tiempo no tiene que ser igual al de tu mejor amiga, cada quien tiene el suyo. Eso si asegurate que no sea flojera, piensa cuántas veces has dejado cosas pendientes porque te da flojera comenzar; que si la dieta, que si el ejercicio, que si el libro, etc. Una vez más nos es más fácil evadir que afrontar. Pero hay cosas en la vida que no pueden esperar para siempre, y una de esas cosas eres tú!
Si te parece más fácil, empieza por lo que no te gusta o te causa alguna incomodidad en este momento de tu vida. Aunque tengo que decir que empieces por donde empieces, de ninguna manera va a ser algo sencillo. Tener la capacidad de reconocer y aceptar nuestros errores no es fácil, requiere de un gran trabajo de introspección y madurez. No se trata únicamente de enfocarse en lo que nosotros creemos que no está bien, sino en verdad mirar hacia adentro y reconocer lo que no nos brinda felicidad. Pero hay que tener mucho cuidado con la autocrítica: ¿Crees que el ser dura y crítica contigo misma te ayuda a ser mejor? Pues entérate que nada puede estar más lejos de la verdad. La autocrítica muchas veces viene del temor y del autocastigo: Alguien que ha pasado por numerosas decepciones amorosas y repite un mismo patrón con el mismo tipo de pareja puede llegar a pensar: "merezco que me mientan porque soy ingenua" ¿conoces a alguien así? O que tal este otro ejemplo: Alguien que vive a régimen alimenticio, pero que se da muchos “permisos” cuando sale 3 veces por semana: "con 5 kgs menos no parecería una Arepa rellena" y así, miles de frases como éstas dirigidas a nosotras mismas con el único fin de criticarnos interna y externamente. Pero lo peor es que falsamente creemos que nos va a motivar a hacer un cambio con esa ruda manera.
NO A LA AUTOCRÍTICA, SI A LA COMPASIÓN
Lo que sí te puedo decir es que, como en todo, encontrar la determinación para empezar es lo difícil, y debes estar lista porque la búsqueda llega con cambios y respuestas, que debes estar dispuesta a enfrentar. Tu tiempo no tiene que ser igual al de tu mejor amiga, cada quien tiene el suyo. Eso si asegurate que no sea flojera, piensa cuántas veces has dejado cosas pendientes porque te da flojera comenzar; que si la dieta, que si el ejercicio, que si el libro, etc. Una vez más nos es más fácil evadir que afrontar. Pero hay cosas en la vida que no pueden esperar para siempre, y una de esas cosas eres tú!
Si te parece más fácil, empieza por lo que no te gusta o te causa alguna incomodidad en este momento de tu vida. Aunque tengo que decir que empieces por donde empieces, de ninguna manera va a ser algo sencillo. Tener la capacidad de reconocer y aceptar nuestros errores no es fácil, requiere de un gran trabajo de introspección y madurez. No se trata únicamente de enfocarse en lo que nosotros creemos que no está bien, sino en verdad mirar hacia adentro y reconocer lo que no nos brinda felicidad. Pero hay que tener mucho cuidado con la autocrítica: ¿Crees que el ser dura y crítica contigo misma te ayuda a ser mejor? Pues entérate que nada puede estar más lejos de la verdad. La autocrítica muchas veces viene del temor y del autocastigo: Alguien que ha pasado por numerosas decepciones amorosas y repite un mismo patrón con el mismo tipo de pareja puede llegar a pensar: "merezco que me mientan porque soy ingenua" ¿conoces a alguien así? O que tal este otro ejemplo: Alguien que vive a régimen alimenticio, pero que se da muchos “permisos” cuando sale 3 veces por semana: "con 5 kgs menos no parecería una Arepa rellena" y así, miles de frases como éstas dirigidas a nosotras mismas con el único fin de criticarnos interna y externamente. Pero lo peor es que falsamente creemos que nos va a motivar a hacer un cambio con esa ruda manera.
NO A LA AUTOCRITICA, SI A LA COMPASION
En algún lado leí que la autocrítica no es algo constructivo porque la única crítica que existe es destructiva. ¡Uy, destrucción! Que palabra tan fuerte… Pero si nos detenemos a pensar, cuando algo se destruye deja el paso a la construcción o reconstrucción; y eso precisamente es lo que estamos buscando. Deshacernos de lo que no representa un elemento positivo en nuestra vida y construir un nuevo YO con los elementos que necesito para satisfacer mis necesidades y ser feliz.
Pero en todo este proceso de la autocrítica, es difícil ser amable con nosotros mismos y sentir compasión. Si, leíste bien, compasión. Ese sentimiento que tenemos de querer arreglar las cosas, aliviar o evitar el dolor, que no solo aplica para los demás sino hacia nosotros mismos también pero nunca lo pensamos de esa manera. ¿Quién puede decir que ha sentido compasión por sí misma? ¿Cómo siente una compasión por sí misma? Intenta esto: la próxima vez que te sientas mal por algo que quisieras cambiar, visualízate como si fueras tu mejor amiga, ¿qué le dirías? En lugar de decir: "claro que fue tu culpa, nunca dices lo que piensas" mejor di: "tranquila, sé que tenías muchas esperanzas en esa situación pero no te puedes dar por vencida". Aplica esto y verás cómo es más fácil ser más amable contigo misma y eventualmente, tener el corazón y la mente abiertos para sentir compasión hacia ti y hacia los demás. Si no somos congruentes con lo que hacemos, decimos y pensamos, difícilmente podremos lograr un verdadero ejercicio de autocrítica y sólo acabaremos criticándonos.
NO LE TEMAS AL PROCESO
No le tengas miedo a la introspección. Mira en tu interior, conócete, analízate, mírate, valórate. Conocer tus miedos, tus límites y tus necesidades es algo positivo, y si te dejas llegar, hasta lo vas a disfrutar. Saber lo que te hace falta y lo que te está impidiendo avanzar es fundamental para tu crecimiento personal. Decídete a ver por ti misma; Honra a tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Haz lo que necesites en este momento y no lo que los demás te dicen que hagas. Preocupate, pero sobre todo, ocúpate de ti.
Comentários