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Atrevete a ser Feliz

  • By Ileanna Simancas
  • Oct 2, 2017
  • 5 min read

Recuerda un momento que te haya llenado de satisfacción, un momento en el que hayas alcanzado esa meta que tanto tiempo estuviste persiguiendo; ¿recuerdas cómo te sentiste? Ese momento se llama felicidad, ¡y la felicidad no se puede ocultar!


Seguramente te habrá pasado que tu sonrisa se extiende de oreja a oreja en el rostro y aunque hagas la mejor de tus “duck faces”, apretando los labios fuertemente, esa curva, la más bonita del cuerpo, vuelve a aparecer. Y no sólo es la sonrisa, también son los ojos y como los ojos son la ventana al alma, ahí aparece ese brillo especial - y aunque te tapes la boca para guardar la sonrisa - puedes sentir como tus ojos le sonríen a todo aquel que se te ponga enfrente. ¡Hay tantas formas de mostrar la felicidad involuntariamente! Porque cuando una persona es feliz, se nota.


Claro que la felicidad es subjetiva; lo que te hace feliz a ti no necesariamente hace feliz a otra persona, pero aún cuando las razones sean diferentes, el sentimiento en el interior va a ser de gozo, armonía, equilibrio y satisfacción. Todo se ve alineado, congruente, equilibrado, en su lugar, vamos, ¡como debe de ser!


¿Alguna vez te has preguntado cómo es que sucede todo esto? O por lo menos la explicación científica, que siempre es un buen lugar para comenzar a buscarle las cinco patas al gato. Bueno, pues a grandes rasgos y sin entrar en demasiado detalle, hay 3 sustancias que nos ayudan a llegar a este estado de felicidad: las endorfinas, la dopamina y el cortisol.


ENDORFINAS


Son unos pequeños neurotransmisores que hacen que se produzca un efecto relajante en nuestro cuerpo, algo así como la morfina natural que produce nuestro cuerpo cuando estamos felices y hasta cuando nos reímos de verdad, así que hasta leyendo un buen libro o viendo una película de comedia que te saque la carcajada puedes liberar endorfinas.


DOPAMINA


Es también un neurotransmisor y permite que las neuronas funcionen y se comuniquen entre ellas. La dopamina está directamente relacionada con las situaciones placenteras, pero ¡ojo! que no se trata sólo de placer sexual solamente, si no de todo aquello que te puede producir satisfacción o una sensación agradable, como esa deliciosa cucharada de Nutella o un perfecto plato de pasta pomodoro o aquella cerveza bien fría! … O cualquiera que sea tu comida favorita en el mundo.


CORTISÓL


Que también se le conoce como “hormona del estrés” que se encarga entre varias cosas, de regular el sistema inmunitario, distribuir las grasas buenas y aumentar los niveles de glucosa cuando estamos en situaciones estresantes y así nuestro organismo pueda tener la energía suficiente para afrontar esos asuntos sin que nos de el patatús. Cuando estamos felices, los niveles de cortisol disminuyen y la hormona del estrés mantiene los niveles óptimos en nuestro cuerpo y sobre todo, en nuestra presión arterial.


Todo eso es lo que pasa en nuestro interior y que nadie, ni nosotros mismos vemos pero lo que si puede llegar a reflejarse visiblemente es que cuando estamos felices, los beneficios físicos y mentales brotan ¡como flor en primavera! ¿Quieres conocerlos?



1.Quemas calorías al reír. Bueno, ¿quién puede decir que quema calorías con algo delicioso? Porque la verdad, reír hasta el cansancio se siente increíble y te deja con esa sensación de relax, de alivio… una sensación de ¡felicidad!



2.Haces ejercicio. En serio, es como una ¡mini sesión de cardio! El ritmo cardíaco se acelera y el flujo sanguíneo aumenta. Recuerda la última vez que te has reído a carcajadas, seguramente tuviste que tomarte unos segundo o minutos para recuperar el aliento, ¿verdad? Hay estudios que afirman que la cantidad de músculos que se ven involucrados en un ataque de risa es equivalente al trabajo de 30 minutos de levantamiento de pesas en el gimnasio. Mucho mas fácil para mi esto y mas barato que el entrenador.




3. Rejuvenece. Esta lista se va poniendo cada vez mejor. Bueno lo del rejuvenecimiento es porque se estimulan los músculos de la cara al sonreír y al ejercitarlos de esta manera, la piel se mantiene flexible y brillante, retrasando la aparición de las arrugas y haciéndote lucir un cutis más juvenil.



4.Liberas toxinas. Con todo el trabajo que se está haciendo en nuestro interior, al reír el sistema inmunológico se purifica, sobre todo por lo que ya habíamos hablado del cortisol, haciendo que seamos menos propensos a enfermarnos.





5.Te vuelves más activo porque hasta te dan ganas de bailar. Quien se siente feliz no está sentado como rana viendo la vida pasar, si no que quiere andar de arriba para abajo, buscando nuevas actividades, conociendo lugares, activando su cuerpo y su mente. Mira lo que le pasa a la gente que hace Zumba a diario, salen de allí con muy buen ¡animo!



6.Te da otra perspectiva de la vida. Ser feliz hace que tu mundo se amplíe, te ayuda a ver las cosas desde otro ángulo y te contagia de un sentimiento de que nada es imposible. Y de paso, contagias a los demás de tu buena vibra y los inspiras a buscar aquello que te esta sentando tan bien.



7. Levanta el ánimo y seguro contribuye a que ayudes a levantar el de los demás. A menos de que seas un amargado de lo peor y prefieras evitar a las personas felices, la felicidad es contagiosa; te estás rodeando de cosas positivas y alejándote de la gente tóxica, disminuyendo la posibilidad de hundirte en el lado obscuro.



8.Te desinhibe. La mayoría de las veces las personas felices son extrovertidas, dispuestas a intentar cosas nuevas, a arriesgarse y vivir nuevas experiencias. Una persona que está malhumorada o deprimida raramente va a querer salir de su zona de confort e intentar algo nuevo.




9. Ser feliz te aleja de los vicios y manías que te consumen y te destruyen interna y externamente. Y me refiero a estar todo el día echado sin hacer nada productivo, con una vida sedentaria destructiva, sin prestar atención a lo que haces y lo que comes. Sin hacer nada por ti.



10.Te hacer ser más productivo y creativo, y te convierte en tu mejor versión. Te mantiene en una continua necesidad de hacer cosas nuevas, que te hagan sonreír, que alimenten tu cuerpo y tu alma, que te hagan sentir orgullosa de ti y tus habilidades. La felicidad es darte la oportunidad de vivir experiencias, de respirar un nuevo aire, de probar cosas nuevas, de viajar, aprender y disfrutar.




Quien es feliz ríe, y la risa se ¡contagia! Empieza por las cosas sencillas, como agradeciendo por lo bueno que te paso en el día, así sea “gracias por ese café tan increíble que me tome esta mañana” siempre hay una cosa mágica por que agradecer. Así poco a poco irás descubriendo que es lo que le da felicidad a tu vida. Después de todo, reír y ser feliz es la manera más divertida y económica de cuidar de nosotros mismos.




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