Agradecer
- By Ileanna Simancas
- Nov 21, 2017
- 4 min read
Agradecer no es un simple acto de buena educación, aunque posiblemente en tu niñez te hayan bombardeado con que “siempre debes decir por favor y gracias”. El verdadero agradecimiento va más allá. Dar las gracias, especialmente durante los momentos más difíciles, te puede ayudar a tranquilizarte y a pensar positivamente.
Es muy fácil envolvernos en un ambiente negativo y criticar cuánto se nos ponga enfrente sin mirar lo que aquello significa en nuestra vida. Criticar y despreciar a algún compañero de trabajo porque no hace las cosas exactamente como nosotras las hacemos. Sin embargo, sus acciones, por muy diferentes que sean a las nuestras, están contribuyendo a que tus funciones también se completen y la empresa logre sus objetivos.
Dejar que la ingratitud se apodere de nosotros no requiere de mucho esfuerzo. Criticar, quejarse, incluso compararse enfocándose en lo que no tenemos y lamentarnos de “nuestra desgracia” son las formas más comunes de ser ingratos con la vida y todo lo que nos regala. Esa actitud nos pueden llevar a un estado de pobreza y carencia espiritual de la fea, de esa que hace que nada en la vida sea suficiente para hacernos felices y sentirnos satisfechos; esa pobreza en el corazón que siempre va a estar encima de nosotros tapando el sol sin permitirnos ver la luz en lo que nos rodea, aunque tengamos la cuenta bancaria de Mister Trump y la capacidad de amor de la Madre Teresa.
La ingratitud es un peso que llevamos cargado en nuestras espaldas y que no nos deja avanzar. Nos mantiene fijos, como un ancla, no nos permite navegar en todo el mar de posibilidades que la vida y las circunstancias nos regalan dia a dia, y que por temor no nos atrevemos a alcanzar. Es como una venda en los ojos o como un antifaz que limita nuestra visión de la vida permitiendo ver solamente lo que tenemos en nuestras narices, sin darnos la oportunidad de ver lo que hay más allá.
Pasar por alto los pequeños momentos sin darles el reconocimiento que merecen, también es un síntoma de ingratitud. Estamos acostumbrados a únicamente agradecer las cosas grandes, las que son muy notorias o que nos resultan relevantes porque “se notan” pero olvidamos que las cosas pequeñas, por muy insignificantes que nos puedan parecer, son las que hacen una gran diferencia en nuestra vida.
Agradecer por lo que tenemos, por lo que no tenemos, por lo que nos sucede, por lo inesperado es una manera de aprender a disfrutar nuestra existencia. Empezando por agradecer un nuevo día, un atardecer o una tarde lluviosa, el trabajo, los amigos, la familia, la salud… ¡hay tantas cosas por las cuáles estar agradecida! Tal vez éstas cosas mencionadas son fáciles de agradecer, pero cuando pensamos en situaciones cómo: el tráfico detenido que hace más largo tu camino, la falta de internet o que se caiga Whatsapp, que se acabe la batería de tu celular, o algunas otras circunstancias que podrías pensar que son “trágicas”, es más difícil. ¿Qué podrías agradecer en momentos como estos? A lo mejor el tráfico detenido es porque alguien más tuvo un accidente, no tú. Si te quedaste sin internet o Whatsapp, aprovecha y regalate la oportunidad de compartir con otras personas y conocer lo que hay a tu alrededor. Siempre hay que sacarle provecho a las circunstancias, por más negativas o inconvenientes que te puedan parecer, porque generalmente el resultado final siempre termina siendo positivo.

Ser conscientes de los detalles que ayudan a que nuestra vida sea más fácil es fundamental. Por ejemplo, el transporte que utilices en tu vida diaria es el que se ajusta a tus necesidades actuales, aunque lo veas de otra manera; cuando no tienes coche, piensas que uno te resolvería la vida, pero con él vienen gastos de seguro, gasolina y demás… Si tienes un coche, tal vez desees un modelo más nuevo o diferente, pero con eso también vienen otros gastos que posiblemente no sea el momento de enfrentar. Si tienes una bicicleta o usas el transporte público, piensas que tu movilidad está limitada o mil otras razones que te hacen no agradecer por esas circunstancias y enfocarte en lo que no tienes, dejando a un lado lo que tienes.
Cuando una persona está abierta a agradecer, es más sencillo que se pueda dar cuenta de las cosas que podrían llegar a complicarle la vida, como las personas tóxicas y negativas. Dejar que estas personas entren puede llegar a significar un gran cambio en nuestra actitud y perspectiva de la vida. Nos pueden contagiar su egoísmo y ambición desmedida. Como ese compañero de trabajo que quiere ganar más pero trabajar menos; o esa amiga de la universidad que sólo piensa en salir cada noche sin darle descanso a su cuerpo y se molesta si no la acompañamos; o esa vecina que sólo está pendiente de lo que hacen los demás para ir a comentarlo con otros. Es un juego muy entretenido que termina siendo un círculo vicioso… y dejar un vicio ¡cuesta mucho!

Dar gracias es reconocer que nuestro entorno tiene siempre cosas favorables, aunque nos cueste un poco descubrirlo.Y lo más importante de todo, dar gracias nos enseña a vivir en el ahora, porque hace que nos detengamos a ver realmente lo que está enfrente y no lo que pasó o ha de pasar. No te conviertas en una víctima cuestionando todo lo que te sucede, y aprende a agradecer, que esa circunstancia te está dando la oportunidad de crecer, descubrir y aprender. Jugar el papel de víctima es el peor regalo que le puedes dar a tu autoestima.
Empieza por decir gracias. Sé humilde y comenzarás a emitir confianza en los demás. No se trata de que agradezcas para ver qué más obtienes, eso se irá dando sin que tengas que hacer el menor esfuerzo. Cuando eres agradecida, el universo confabula a tu favor, tu corazón está abierto a recibir y de alguna manera cuando menos te lo esperes, serás recompensada. Y si alguien no te agradece por lo que haces, no lo tomes personal, son sus demonios que no le dejan ver la belleza que hay a su alrededor. Enfócate en ti y en los regalos que la vida te da, y en los que te quita porque también son un regalo, enfócate en lo que tienes y no en lo que quisieras tener y verás como te sentirás día a día más feliz.
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