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Que esperar de la Comida Marroquí

  • By Ileanna Simancas
  • Dec 19, 2017
  • 6 min read

En cada país al que vayas, no puedes dejar de probar la comida típica ya que es parte importante de su cultura. La gastronomía marroquí en Marruecos me sorprendió un poco a decir verdad. Yo he sido amante de su gastronomía cuando la he disfrutado en otros países, pero al hacerlo en su lugar de origen los sabores me parecieron mucho más comedidos y simples de lo que yo estaba acostumbrada. Sus verduras muchas veces más conocidas de lo que es común para el paladar occidental y la presentación mucho menos elaborada que en los restaurantes europeos. Mi experiencia me dejó con sentimientos encontrados en referencia a la comida de este país, siempre con sus grandes excepciones claro está.


Los platillos, en gran parte de los lugares comunes son bastante básicos y con poca variedad, por lo que no ha de extrañarte encontrar lo mismo a menudo. Eso sí, cuando están bien hechos, o se arriesgan un poco a salirse de lo tradicional, y se mezcla con sabores de otros países y culturas, el resultado es fenomenal. Las sardinas ya sean fritas o a la leña, son de muerte, y la pastilla de pollo es sensacional. La otra cosa que encontré curiosa; un poco como me pasó en Vietnam, es que la comida de la calle, las de las paradas de autobuses, o las del hueco más feo, terminaron siendo las más ricas.


Para los amantes de la carne, el Khelea, algo así como su hamburguesa, también es para chuparse los dedos, y en general el BBQ marroquí es realmente delicioso, al igual que saben hacer los perfectos huevos fritos. Los dulces árabes hechos con pistacho y mucha miel son un pecado. Pero lo que más me marco de la comida fueron sus frutas, yo JAMÁS había probado una naranja perfecta hasta estar aquí; dulce, consistente y jugosa; creo que en Marruecos nunca cogería gripe porque me debí tomar por lo menos tres jugos al día. Toda su fruta es especial, los duraznos, ciruelas, kiwi, todas parecían haber sido bañadas en almíbar, pero era solo su dulzura natural. Las nueces en todas sus especies son maravillosas, y los dátiles algo que no puedes dejar de comer. Sin embargo, por su poca mezcla con el mundo occidental y asiático, la comida no es variada, y los sabores pueden llegar a aburrir rápidamente a los amantes del buen comer. Aquí te dejo la variedad más tradicional de su gastronomía que no puedes dejar de probar.


Cuscús: Es semilla de sémola de trigo, un poco parecido al arroz, pero mucho más fino y suave. Se come cocido y generalmente está acompañado de verduras, carne, pollo o cordero. Es uno de los platos tradicionales de Marruecos y es el menú invariable de los viernes en las casas. Uno muy especial es el Cuscús Saykouk que se prepara con leche fermentada; por lo general se sirve para cenar, pero en el verano también se sirve frío como postre y lo puedes encontrar cualquier día de la semana, no sólo los viernes.


Tajine: Originalmente es un recipiente de barro que sirve para cocer alimentos, pero como sucede en muchos casos, también el guiso tradicional que se prepara en este utensilio lleva su nombre. El recipiente permite que la cocción sea lenta y tradicionalmente lo que se prepara en ellos son alimentos tipo estofado. Existe una variedad muy amplia, pero los principales son: pollo con limón (mi favorito) atún, sardinas, cordero, ternera, verduras y muchas combinaciones más. Es importante recalcar que los tajines pueden ser dulces o salados, dependiendo de los ingredientes que se utilicen porque además de las especias, carnes y verduras, hay tajines que se preparan con frutas, ciruelas pasas, frutos secos y miel. De igual manera, más al centro del país, por lo general son de carne de cordero y hacia la costa es más común conseguir tajines de sardinas, pescados y mariscos.


Sardinas: Marruecos es uno de los grandes productores de sardinas, ya que la pesca de sardinas es una de las principales actividades económicas del país. Son principalmente famosas y fáciles de adquirir en la costa. Las preparan en una extensa variedad de platos como por supuesto el Tajine y el Cuscús. Aún cuando hay muchas sardinas, por alguna razón el precio es un poco elevado, pero sin duda vale la pena probarlas porque son muy ricas.


La Pastilla o Pastela de pollo: Mi plato favorito en Marruecos es la pastilla, una clase de hojaldre hecho con masa filo rellena a base de cebolla, carne de paloma o de pollo, perejil y almendras. Lo más delicioso es la mezcla de lo dulce y lo salado, con mucho perfume a la canela que la decora. Un plato festivo que se sirve generalmente como aperitivo.


Caracoles: los caracoles son un manjar en Marruecos en forma de sopa, pero su fama rebasa las fronteras: cuatro quintas partes de estos moluscos marroquíes se exportan a España con fines gastronómicos donde se comen de manera similar. No es un plato típico de todo el país, y se consigue más fácilmente en el norte o en zonas mayormente poblada por árabes. Los que se consiguen en la plaza central de Marrakech son famosos. Su mezcla de picante con dulce, hace que una vez que comiences con uno no puedes parar de comértelos todos.


Cabeza de cordero: Yo fui valiente, les juro que lo intenté… pero después de sentarme dispuesta a probar el plato más típico de Marrakech, tuve que salir corriendo. Es un poco barbárico ver las cabecitas cocinándose, y tenerlas de adorno en la mesa. Sin embargo, todo el que lo prueba habla de lo delicioso que es el platillo. Lo intentaré la próxima vez, ¡aunque realmente creo que preferiría volverme vegetariana de inmediato! No tiene ningún misterio, simplemente se adoban con ajo perejil y sal, y se colocan sobre un fuego que debe ser tenue para que se cocine a la par por los lados y en su interior, siendo el bocado supremo los sesos, claro... pero sin llegar a quemarse las mollitas de carne de la cara. Ok, esto realmente no es apto para vegetarianos, casi ni siquiera apto para carnívoros amantes de los animales, pero en mi próxima visita pienso intentarlo una vez más.


Kebab: hay muchas especies de Kebab que básicamente es el BBQ marroquí, pero mi favorito fue sin duda el Khelea, que es comparable a nuestras carne de hamburguesa, y es preparada a la perfección. Esto es algo que generalmente consigues en lugares muy básicos y sencillos o en la calle. Mi favorito fue en una parada de autobús de Merzouga a Fez.


Comida Gourmet y Local: La zona costera de Casablanca es una ciudad particularmente bella y una de las principales de Marruecos donde se sitúa el puerto principal del país. Por tener todos estos servicios también tienes la posibilidad de conseguir lugares de comida gourmet y menos tradicional, pero aún conservarán como base el cuscús y el tajine en la mayoría de los menús. Otras ciudades grandes y turísticas como Essaouira, Tanger y Marrakesh también tienen mayor variedad de restaurantes cómo pizzerías, comida europea e incluso algunos de comida rápida. Si te gusta el cordero, en los restaurantes de lujo o turísticos que encuentres en estas ciudades lo conseguirás de mejor sabor y calidad. Claro que si lo que quieres es vivir la experiencia marroquí a full, tienes que comer en los lugares donde comen los lugareños ya que siempre encontrarás sitios con mayor sabor y guisos más típicos que en los sitios turísticos. Y si consigues tener la suerte de que te lleven a comer la comida de mamá, siempre estarás en mejores manos.


Té de menta: podría decirse que el té de menta es la bebida tradicional marroquí. Lo encuentras en todo lugar y a toda hora. Y cuando digo en todo lugar me refiero a calles, tiendas, casas, hoteles, es decir, prácticamente en cada esquina donde vayas y dado que en Marruecos por lo general hace calor, la menta te refrescará. Es un símbolo de hospitalidad del anfitrión y muy importante en la tradición marroquí por lo que rechazar una invitación a beberlo es considerado una falta de educación. El té es preparado con hojas de menta, agua caliente y azúcar; se dice que el té debe servirse tres veces: el primer vaso es “amargo como la vida”, el segundo “fuerte como el amor” y el tercero “dulce como la muerte” ya que cuando lo preparan, el azúcar se va al fondo y conforme se va consumiendo, lo dulce va surgiendo. Otra tradición que debemos respetar en la servida del té, es que solo tu anfitrión debe tocar la tetera para servir más, así que si estas lista para otra taza solo dilo, o estas en nuestro viaje, Karim nuestro guía, se encargará de recordártelo a punta de manotazos en la mano ¡jajaja! . El café también es muy rico, pero sin duda el té de menta es algo que aunque quieras, no podrás evitar probar.




Marruecos y su gastronomía puede dejar a nuestros amigos vegetarianos y veganos en serios problemas, porque a parte del Tajine y el Cuscús de vegetales la variedad para allí; ten eso en cuenta cuando hagas tu plan de viaje para esta región; estoy segura que hay tanto que disfrutar que podrás vivir de dátiles, verduras y nueces por unos dias.



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