Maratones: Correr y Recorrer, mi Manera de Conocer el Mundo

Desde que tengo uso de memoria sé que siempre fui una niña y adolescente muy activa. Antes de cumplir 5 años, tuve un accidente que me dejó en coma por 33 días y en el hospital por más de 8 meses. Después de haber estado encerrada por tanto tiempo, lo primero que hice al salir del hospital fue correr y correr y correr sin saber que después de 20 años, correr se convertiría en una de mis pasiones.

Mi amor por correr nació por pura casualidad de la vida. Cuando llegué a Miami después de haber vivido 2 años en Nueva York, llegué con varios libras de más. Esas libras se me habían hecho imposible bajarlas, ni aeróbicos, ni Pilates, ni yoga, ni spinning me ayudaron a bajar de peso. Fue hasta que empecé a correr. Lo odiaba como no tienen idea, pero cuando comencé a aprender técnicas de respiración y ver como iba perdiendo de peso, el amor por correr fue despertando poco a poco. Bueno, tampoco era que estaba gorrrrdaaaa, pero para mi esas 10-15 libras extras en mi cuerpo de 5.4’ eran como 100 libras.

La primera media maratón que corrí fue la que me marcó para siempre. La sensación de haber cruzado el “Finish Line” después de esas dolorosas 13.1 millas fue como haberme ganado la lotería. Bueno, de allí corrí otras medias maratones. La primera maratón completa, la hice en Kentucky y ese día se los juro, pensé que me iba a morir. No estaba preparada para correr una maratón completa con una temperatura de 35 grados, cuando yo había entrenado con temperaturas de más de 80 grados en Miami. Sin embargo, el haber viajado y haber disfrutado de ese fin de semana, algo así como una pequeña vacación, hizo un click en mi cabeza. Es allí donde decidí que todas las maratones que corriera de allí en adelante, las iba hacer en una ciudad diferente.

Después de haber corrido las maratones en Kentucky, Chicago, Boston, Miami, New York, mi sueño era correr la maratón original en Grecia. No conocía a nadie que la hubiese hecho, pero me aventure en ese viaje que fue la mejor decisión de mi vida, porque Grecia abrió las puertas a viajar por el mundo corriendo maratones. De mi experiencia en Grecia les puedo hablar por varios días, después de la carrera estuve 12 días para explorar un país del cual me enamoré. Grecia y su música, Grecia y su gente, Grecia y sus islas, Grecia y su cultura, Grecia y su historia. De los pocos países que al tocarme partir lo he dejado llorando. No hay duda alguna que el haber entrado en el “Panathinaiko Stadium” fue como regresar a miles de años atrás de la mano de los Dioses Griegos.

Llegando a Miami de Grecia y con la emoción de los amigos al ver lo que había hecho, de haber conocido un país extraordinario; empiezo a buscar otras carreras en donde también puedo combinar correr con vacaciones. Mi próxima parada, la bella Italia. Corrí el maratón de Florencia, otra experiencia única. Los que han visitado Firenze saben que es imposible no enamorarse de esa ciudad. Quede fascinada con La Toscana y sus pueblos pintorescos, uno más bello que el otro. Aunque de las peores maratones que he corrido porque sus calles son empedradas, la verdad es que no sé cómo la logré terminar. Creo que mi motivación más grande para terminarla, fue la “Bistecca a la Fiorentina” que me esperaba.Al terminar de la maratón, recorrí varias ciudades, Venecia, Roma, Bologna, Siena, y tuve la oportunidad de quedarme con una familia Italiana por 4 días en La Toscana que me acogieron como a una hija “mangia Yajaira, per favore, mangia sei magra” y yo feliz “mangeando” todo el día. La primera vez que había estado en Italia fue en el 2006, pero mi experiencia no fue la mejor, esta vez Italia sobrepasó todas mis expectativas. No hay nada como los atardeceres de la Toscana, algo que en su vida tienen que experimentar. Es algo así como lo más cercano a sentir la presencia de ese ser del más allá.

El próximo destino era la inigualable Paris. La verdad que para esta maratón no me había preparado mucho, mi objetivo más que correr era disfrutar de la ciudad, recorrer sus parques, cafés, vivir un par de días como una Parisina. En el hotel conocí a varios corredores de España, y tres de las chicas del grupo andaban en la misma onda que yo. En París, creo que han sido las 26.2 millas más bellas recorridas. La maratón es un espectáculo, empezando en el Arco del Triunfo, recorrimos toda la ciudad y disfruté de cada milla. Imagínense lo que es correr y disfrutar de la Catedral de Notre Dame y la torre Eiffel a su paso.

Pero, mi “runcation” (vacacion corriendo) no terminaba acá, mi próximo destino era Israel y fue justo durante Semana Santa. Aunque quedé un poco adolorida de la carrera, todo dolor desapareció cuando llegué a Jerusalén en compañía de una de mis mejores amigas, mi Naty. Para mí, haber ido a Israel fue un sueño hecho realidad, otro país que tienen que visitar en esta vida. Tuve la oportunidad de correr varios lugares, pero mi lugar favorito fue el mercado en la vieja Jerusalén. Para mi fue impresionante ver las religiones más antiguas en un mismo lugar y lo que más me sorprendió, fue el respeto entre ellos. Judíos, Musulmanes, Católicos, Ortodoxos… todos en un mismo lugar.

Mi próxima aventura este año será en Berlín. Aunque ya he estado en Alemania en dos oportunidades, nunca he visitado Berlín. Esta maratón es una de la más prestigiosas del mundo, y por fin quede en la selección que ellos hacen. Creo que para esta maratón si debo entrenar y dar lo mejor de mi, pues he escuchado que no es nada fácil “No Pain, No Gain” así que pronto empezaré mi rutina de entrenamiento. Correr más que un deporte, para mi es conexión con la naturaleza, es la mejor manera de despejar la mente y sentir que estoy viva.

Para mi el poder combinar dos de mis pasiones, correr y recorrer el mundo es algo del cual estoy muy agradecida con el universo, con Dios. Son oportunidades que te hacen valorar más la vida y lo que tienes. Además para ninguna de las dos necesito esperar porque alguien lo haga conmigo, somos solo mis piernas y yo! Pasaremos por este mundo una sola vez, respiren, disfruten de las cosas pequeñas, viajen, recorran lugares que siempre han querido recorrer. Las memorias serán inolvidables…

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