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Si Te Amo ¿Por qué te como?

  • Writer: Ileanna Simancas
    Ileanna Simancas
  • Mar 18, 2018
  • 10 min read

La Agobiante Pregunta de una Carnívora en Transformación...




¡¡Los animalitos!!! Desde niña los he amado a ¡todos! Yo amo hasta los bichos que nadie quiere; cómo las culebras y los ratones… A ver, no es que estoy feliz si una culebra aparece en mi jardín, ó si un ratón me camina en la cama; pero si es una culebra que sé que no me va a matar, ó es un ratoncito que pasa por mi jardín, me parecen criaturas hermosas. Una de las razones por las que India es fascinante para mi, es por poder estar tocando vacas día y noche, ver camellos y elefantes en la calle, y poder jugar con monos, perros, gatos, cabras y cualquier otra criatura constantemente. Para ser honesta, los animales me gustan más que la gente… Entonces me pregunto: ¿por qué no me como a la gente que me gusta menos, y sí me como a todas esas criaturitas hermosas que tanto me gustan?



Mi respuesta inmediata sería: “porque no es lo mismo, porque son seres inferiores a nosotros”. Pero, ¿de verdad son inferiores?... será sólo porque no hablan ni hacen dinero (?); porque cuidan y protegen a sus bebés como nosotros, tienen familias y amigos como nosotros, y se comunican y tienen compasión, también como nosotros. Tienen sentimientos, y sí, sufren cuando son separados de los suyos, y el que haya tenido aunque sea un perro sabe esto; razón por la que nadie en nuestro lado del mundo come perro. Al haberlos tenido muy de cerca y domesticarlos por generaciones; al punto de volverlos parte de la familia, vemos cómo un horror comerlos. Sin embargo, te pregunto: ¿cual es la diferencia entre tu perro y un cerdo; que está comprobado son mucho más inteligentes que tu canino? ¡NINGUNA!, sólo que comerse uno está bien visto por la sociedad y el otro no, porque si le preguntas a un vietnamita sobre comer perro te dirá que la carne de perro es una exquisitez.



Desde hace tiempo esta idea me agobia por las esquinas, y cada día mi amor por los peludos crece más, y con mi amor crece mi remordimiento por comerme tan delicioso y pobre animal indefenso que tiene tantas ganas de vivir como yo; pero a mi me parece más importante satisfacer mi paladar que respetar la vida de a quien digo amar. Si, yo me conozco todas las respuestas lógicas por que yo misma las doy: “muchos de ellos solo existen porque los criamos para comerlos” “todos estamos en una cadena alimenticia” “su memoria no es como la nuestra” “hemos comido carne desde la prehistoria” “las plantas también sienten, no podemos dejar de comer”, pero nada de eso me está funcionando como solía suceder. Veo a la vaca que busca rascar su cabeza en mi muslo porque le pica la salida de sus cuernitos nuevos, ó el cerdo que encerrado en una jaula llora a gritos para que lo saquen porque sabe su suerte, veo la cabra dando saltos para saludar, ó a la gallina que lleva sus pollitos a dormir todas las noches…! y me da un terrible dolor seguir saboreando sus ricas alas, las mismas con las que cubre a sus pollitos del frío!.



Recuerdo a una ex-novia budista que me tenía frita con que no podía matar mosquitos en su casa, y las cucarachas había que sacarlas con un vasito para que no generar más karma; y ahora me veo haciendo pacto con los mosquitos para evitar su ejecución “tu no me muerdes, yo no te mato”. Han sido varios factores que poco a poco han colaborado para que hoy sea “flexitarian” (persona en el camino a ser vegetariana, pero que aún come pescado, lácteos y huevos y de vez en cuando sucumbe ante un pedazo de bacon) incluyendo una novela sobre la reencarnación “Maldito Karma” que me hizo pensar que quizá esa hormiga que estoy matando hoy, mañana podría ser yo y seguro no me gustaría terminar en la palma de cualquier grandulón (aunque se que a veces es inevitable).


Vivir en lugares como Bali e India me ha hecho ver lo poco que necesito realmente la carne para vivir, y lo poco que la extraño para ser honestas. Es verdad que a veces necesito refuerzos porque se me bajan las fuerzas, y es por qué ser vegetariano no es solo vivir de la lechuga, sino hay que saber comer y ¡cocinar!. Ser carnívoro es de flojos, con un pedazo de carne y una ensalada ya lo tienes todo; pero es verdad que el cuerpo necesita proteína para funcionar correctamente, entonces tenemos que aprender a comer; a dónde encontrarla cuando no estamos recibiendo la proteína del animal. Y te sorprenderás de en cuántos alimentos la podemos obtener; como de los hongos, de los granos, del las semillas de chía, el tofu, y de muchos otros alimentos llamados “súper foods” Pero para ser buenos veganos o vegetarianos, tendremos que ser dedicados, organizados, e interesarnos por nuestra salud para no correr el riesgo de terminar todos desbalanceados a punta de lechuga que no tiene ningún beneficio vitamínico, ó carbohidratos que lograran que tengamos algo de energía pero que pronto se convertirá en azúcar, y de sólo eso tampoco se puede vivir. Lee el artículo de @thefaria en Lilith’s Tribu que te habla un poco más dónde y cómo comer: ¿VEGAN WHAT?



Entonces esto me lleva a la parte final de la historia; la constante y conflictiva pregunta: ¿es más sano ó no ser vegetariano?. Allí seguro que voy a diferir de muchos… Voy a ser super honesta, y no, para mi cuerpo no lo siento que sea. Yo no necesariamente me siento mejor cuando solo como vegetales, de hecho, la mejor dieta que me ha sentado en la vida fue la de las proteínas, y mira que me costó un montón porque nunca he sido muy carnívora, y los carbohidratos tanto simples (papa, arroz) como procesados (pasta, pan, arepa) son mi debilidad y pasión, y en esta dieta solo podía comer carne, huevo y queso día y noche por las dos primeras semanas, y luego CERO carbohidrato procesado. La segunda que me funciono genial fue un detox liquido (jugo y sopas) totalmente vegetariano… lo que me hace pensar ahora que escribo esto, es que a mi cuerpo mas que carne o vegetales lo que necesita es simpleza, cosas sin tanta salsa, condimentos, combinación de ingredientes y cremas que hacen todo mas complicado de digerir. Yo creo que cada cuerpo es diferente, y no todo es para todos. Por ejemplo el “raw diet” vegetariano me va fatal, los granos, al menos que los cocine yo, me inflaman terrible, y me llenan de gases. La lechuga no la digiero. Así que comparto con @thefaria. Yo no he decidido empezar mi camino hacia el vegetarianismo porque me siente mejor en el organismo, sino por mi amor a los animales. Es más por usar la lógica de que si amo algo no le puedo hacer daño, que porque esté convencida de que es mejor para mi salud. Es por ser consecuente con mi creencia budista de que todo ser vivo merece ser respetado por igual y merece ser feliz que lo hago. Y saben lo difícil que es hacer algo por convicción y no por necesidad ¿no?. !Si me hiciera daño ó no me gustara el sabor, que fácil sería todo! Estoy convencida, que así como los animales que unos son vegetarianos y otros carnívoros, así somos los seres humanos, y quizá por eso a algunos se les hace más fácil que a otros. Hay varias teorías que apoyan lo que digo, y no me la saqué de la manga así por así.... Busquen que comemos según nuestro tipo de sangre.





Lo interesante ha sido que desde que comencé a hacerme lavado cerebral, mi paladar ha decidido ayudarme y hay ciertas cosas que comenzó a rechazar como las carnes rojas, y el pollo. En estos países donde tenemos suerte de tener menú vegetariano y no vegetariano en todas partes es más fácil, simplemente no veo el no vegetariano y así no tengo la tentación; trato de buscar los restaurantes que apoyen mi intención para no sucumbir ante el impulso cuando veo un Jamón Serrano en la carta; pero cuando pasa que un paté de hígado de pollo aparece en mi camino cuando llevo semanas con nada más que quizá con suerte un pedazo de queso, pues lo pido, le doy las gracias al pollo por permitirme probar algo tan rico, y me lo como porque se que si me restrinjo todo de una sola vez, no duraría ni dos días. He sustituido la leche por leches de almendra, coco, soja o arroz, he introducido un montón de cosas que no comía como el Jack fruit, y he limitado el consumo de otras cuantas como la mantequilla y los quesos a lo mínimo. Cuando hay la opción de pomodoro o bolognesa lloro tres minutos y voy por el pomodoro, o por la veggie burger en lugar de la tradicional.

Hoy desde donde estoy me siento muy bien con mis esfuerzos, pero sé que para mi será todo un largo camino y un reto lograr ser una completa vegetariana porque aún no me da repulsión todo lo que entra en mi boca y sí, me gustan muchas delicateses que vienen de esos seres que amo. Se que no es perfecto pero llegaré con un poco de consistencia, perseverancia, tiempo, y suavidad conmigo misma. Hoy no me siento siquiera medianamente capaz de ser vegana, pero admiro de una manera única a los que lo son. Sin embargo hago un llamado a aquellos con el gran valor de serlo; que no olviden que una vez no lo fueron y que no todos somos tan rápidos como otros, que los cambios llevan diferentes ritmos para cada quien; que porque hayan logrado esto tan maravilloso no los hace superiores a nadie mas, solo afortunados. Veo mucho esa actitud dentro de éste grupo de comenzar a ver a los que seguimos ineptos de serlo 100% ó peor aún a los que ni siquiera lo han intentado, como unas criaturas con menos derecho a vivir que los animalitos que nos comemos, y resulta que estoy segura que ese que estás menos preciando, seguro hace algo que tú no podrías hacer ni en cien años. Tu elección es respetable tanto como la de aquel que aun no lo ve…



No todos aman a los animales, o les cae mal la carne, o estudian budismo, o entienden sobre problema que crea la crianza masiva de animales para alimentar a tanta gente, o el daño que nos esta haciendo a la salud la cantidad de hormonas usadas en dicha crianza. Tampoco quizá se han enterado del sufrimiento y las condiciones espantosas con las que tienen que vivir y morir en eso criaderos; si el consumo de carne se disminuyera, si todo el mundo “civilizado” por lo menos decidieran ser vegetarianos la mitad de la semana por ejemplo, la producción mundial enseguida bajaría a la mitad, y eso daría posibilidad a que por lo menos su tiempo en este mundo fuese como en los viejos tiempos, de rumear en el campo hasta que llegará el momento que nadie quiere que llegue, el de la muerte. Si ese momento también se hiciera como hacen los Kosher (proceso de fabricación, crianza, sacrificio, y consumo de comida –incluyendo la carne- según las leyes judías), con respeto al animal, sin tanto trauma para él, los humanos no nos estaríamos enfermando tanto porque se crearía un mejor producto alimenticio, no nos comeríamos el estrés con el que mueren estos pobres animalitos. Todos sufren, desde el cerdo que se vuelve loco del encierro y se empiezan a comer unos con otros en su jaulas, para que luego de puedan volver nuestro rico Jamo Serrano, hasta ese que tanto disfrutas sobre tu cuerpo como abrigo de invierno. El de tu abrigo le quitaron la piel vivo para que no se secara, y lo dejaron morir desangrado. Ojala todo esto me lo inventará pero no es así, busca el documental “Earthlings” y “What the Health” para que veas no solo lo que estamos apoyando al comer y consumir carne en el mundo de hoy, sino todas las enfermedades que el proceso de cómo se crían estos animales nos está provocando. Todo esto es una cuestión de educación, y el mundo no es que tenga mucho apoyo en ese aspecto. Entonces mi querido vegano, si tuviste compasión para dejar de abusar de estos seres indefensos, tenla también con tu propia especie y sus deficiencias, y apóyala con amor para que haya un cambio de conciencia no importa el tiempo que este lleve.No todos aman a los animales, o les cae mal la carne, ó estudian budismo, ó entienden sobre el problema que crea la crianza masiva de animales para alimentar a tanta gente, ó el daño que nos está haciendo a la salud la cantidad de hormonas usadas en dicha crianza. Esto es una cuestión de educación, y el mundo no es que tenga mucho apoyo en ese aspecto. Así que si tuviste compasión para dejar de abusar de estos seres indefensos, tenla también con tu propia especie y sus deficiencias.





Estando en Dharamshala, visitando un centro cultural Tibetano aprendí algo muy curioso: los Tibetanos, Budistas a morir, de donde vienen todos los Dalai Lamas, y Karmapas, vegetarianos empedernidos, han tenido que comenzar a comer carne por su terrible situación con China, que los mantiene en una vida de escasez. Ellos han tenido que romper su votos de ser vegetarianos para sobrevivir, y la manera en que lo hacen es la siguiente: Cuando los Tibetanos comen o matan a un animal, le dan las gracias por ayudarnos a vivir, prometiendoles que hoy es él pero mañana seremos nosotros; al morir la persona es cortada en pedazos y regada en la tierra para poder cumplir la promesa de “hoy me alimentas tu, pero mañana te alimentaré yo”. El Dalai Lama ha sido uno de los mayores propagadores del veganismo en nuestra era y también lo hace desde el punto de partida de que para eliminar el sufrimiento en el mundo, ningún ser viviente debe sufrir y eso incluye a los animales, además matar a cualquier ser, en el Budismo está prohibido, así que los animales entran en esta lista.


El veganismo no sólo consiste en no comer animales o cualquier alimento que venga de un animal, sino también incluye no usar ningún producto que contenga un “algo” animal como el cuero de tus zapatos, o que haya sido probado en animales, como tu champú, por eso para llegar a la meta es mejor empezar de a poco que creer poder hacerlo todo de una buena vez, para renunciar a los dos días por ponernos un goal demasiado difícil de conseguir sin una total conciencia. Si está en ti, te invito a unirte a mi lucha, y da hoy el primer paso, renunciando a un producto animal al mes, comienza por los que menos te gustan y recuerda que poco a poco se llega a Roma.



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